Sunday, September 29, 2013

A la que ríe

Sabes una cosa? Hoy me he topado con las 4000 fotos que tuvimos juntos, con tu sonrisa a veces tímida y a veces límpida,  y tu cabello azabache, y tu mirada de grandes ojos negros. Cuántos años son? seis, siete, quince? La verdad es que, Visitarte en mi memoria se vuelve un placer y una añoranza, y una razón para quererme más. Me enseñaste de sinceridad, aún cuándo esas palabras significaran que no tenías absoluta idea de que ocurriría. Me mostraste que hay una gran diferencia entre el amor pasional (que de amor tiene los 30 primeros minutos bajo las sabanas) y un amor-construcción, que crece a nivel del tiempo y el dialogo. Hoy te agradezco, pues de mil bocas que he besado, es a ti a la que debo gran parte de mi identidad.

En un mundo de Facebook e Instagram, de relaciones liquidas y fugaces, es una constante el desapego y la insatisfacción. Te quiero hoy, y mañana sales de mi lista en la medida que atentes contra mi idea de integridad. Qué egoísta es el 2013, no te parece? Me siento anciano cuando digo ¨En mis tiempos luchábamos por lo que valía la pena¨, y pareciese que hablara de 1930 cuando hablo del 2007. Si a alguien puedo llamarle cabo a tierra, es a ti, querida mía. Tu, que siempre fuiste tan voluble como el Helio; esa que cada semana entraba en intervención en crisis (y me volvía un experto en el tema), fuiste la persona más segura en una sola cosa, la cuál ni en Europa, ni 7 años por fuera me han mostrado. Tu me enseñaste que el amor dista mucho del cuento de Snowwhite y su armada de enanos, o que la visión de ¨Happily ever after¨ omite en gran parte aquellos momentos donde tienes que sentarte y rediseñar una relación, y que lo haces porque es una decisión en conjunto, y no un simple capricho juvenil.

El llegar a hoy me ha traído muchos aprendizajes, expandir mis horizontes, confrontar mis creencias de amor, amistad, y familia, de decir si a lo desconocido y de aprender a decir no. Me devuelvo por un instante, un vuelo que cambiaría mi vida: una mujer que deja de pensar sólo en ella por un segundo, y otorga la libertad sin esperar nada a cambio. Ese es tal vez el regalo más grande que me hayan dado.

Gracias a ti, por esas enseñanzas. Creíste en mí y gracias a eso hoy estoy aquí, intacto y sonriente. No te busco, te dejo libre, pero me llevo de ti un ideal de pareja, y de mi rol como persona, amigo, hermano y amante.